EL LENGUAJE DE LOS NIÑOS: CONSEJOS GENERALES PARA LAS FAMILIAS
Es importante tener en cuenta que el papel de los padres en el desarrollo de la evolución del lenguaje es fundamental. A continuación se indican algunas sugerencias necesarias para mejorar la calidad de las respuestas en el ámbito del lenguaje:
Es muy importante que el niño tenga necesidad de hablar, que compruebe que no os confirmáis con sus gestos y que necesitáis escucharlo, por eso no debéis adelantaros a darle las cosas, dejar que las pida verbalmente, con la boca; no hacer caso cuando lo señale con el dedo, nos interesa que hable aunque de momento no lo haga correctamente.
Debéis aprovechar en el entorno familiar cualquier situación para hablar con él (en el baño, nombrar las partes del cuerpo; al vestirle, nombrar la ropa; al comer…). Vuestro hijo adquiere lenguaje viendo cosas, tocando cosas, hablando. No le abandonéis a su soledad, provocad situaciones de dialogo, suscitar preguntas, darle la oportunidad de decir lo que ha hecho, lo que piensa… Es básico que conozca el nombre de prendas de vestir, de juguetes, de objetos de la casa, de alimentos y utensilios de la cocina, partes del cuerpo, animales…
Hay que enseñarlo poco a poco, sin exigir que pronuncie bien pero siempre felicitándole por el mero hecho de haber imitado cualquier palabra: se hará una sonrisa, un abrazo, un beso, demostrando alegría, etc, pues eso le da seguridad para seguir aprendiendo nuevas palabras.
Es importante que os imite la pronunciación correcta de las palabras pero sin corregir ni insistir machacando, pues de este modo lo único que conseguiréis es ponerlo nervioso y confundirle, aumentar su sensación de fracaso y probablemente disminuir iniciativas comunicativas (lo peor que puede ocurrir es que vuestro hijo no quiera hablar).
Cuando observéis que el niño pronuncia mal una palabra, debéis darle un buen modelo, repitiéndosela de forma correcta pero sin exigir su realización (por ejemplo si dice: “Me duele la tateta”, decirle: “¡Ah! Te duele la cabeza. ¿En que sitio de la cabeza te duele?) El niño no debe de entender que su mala articulación se da por buena y por eso cuando dice algo mal, hay que recordarle como es la palabra correcta repitiéndosela bien, pero no se debe pretender que él la articule a la primera ya que esto lleva su tiempo.
Hay que mostrarse paciente, dejarlo que concluya las palabras y oraciones que a él le cuesta decir y evitar cualquier comentario o expresión facial que muestre desaprobación de su forma de hablar.
Nunca hay que reirle la gracia que puede hacer al pronunciar mal una palabra, porque por muy simpática que resulte, y mucho menos utilizar nosotros esa palabra errónea, ya que así solo estaremos acentuando la dificultad y retrasando la extinción y sustitución de tales palabras por otras más evolucionadas y correctas. Es conveniente que se le habla de forma adecuada, utilizando frases sencillas pero correctas y sin utilizar un lenguaje infantilizado de niños más pequeños porque así no enriquece su aprendizaje.
Cuando se le pidan las cosas, hay que nombrarlas con la palabra exacta, huyendo de palabras como “eso”, “el cacharro ese”, “el trasto”…
Leer cuentos es importantes para su comprensión verbal, para incrementar vocabulario y para aficionarle a la lectura. Es recomendable contarles o leer todos los días un cuento, repitiéndolos de vez en cuando para favorecer su memoria y la anticipación de sucesos de los mismos.
Realizar ejercicios de la musculatura de la cara y la boca de forma divertida, es decir, mientras se juega con el niño, le ayudará a conseguir las condiciones optimas para su pronunciación: soplar papelitos, plumas; tirar besos; hacer gárgaras; hacer pompas de jabón; apagar velas; inflar las mejillas y hacer muecas; beber con pajita, y hacer burbujas; masticar, evitando la ingesta excesiva de pures así como de biberón (debe de masticar su filete, el pan, la fruta…).
Es importante enseñarles a sonarse bien y acostumbrarse hacerlo tantas veces sea necesario. Y si respira por la boca o ronca, debe de ir al otorrino para descartar vegetaciones.
Hay que evitar hábitos de succión: chupete, biberón, chupar el dedo, el lápiz…
Cuando tenga otitis hay que tratarlas hasta el final y si son frecuentes hay que hacerle un estudio de audición.